jueves, 19 de agosto de 2010

Cuentagotas

Piensa en ti y en mi. No, no pienses nada raro. Imagínate convertida en agua. Sí, lo sé, eso es del anuncio de Bruce Lee. Ahora imagina que yo soy un vaso. Eso ya es más complicado, ¿no? Bueno, no tanto. Piensa que soy un vaso y ya está, no le busques dobles lecturas.

Voy a complicarlo más, imagina que cada vez que me has hecho daño has llenado de tu agua mi vaso. Joder, suena peor de lo que pensaba... bueno no pasa nada. Por suerte, nunca me has hecho nada comparable a un intento de asesinato o una amenaza de paliza. Ha sido algo más sutil. Has ido llenándome con cuentagotas. Pero ya has volcado.

Ha pasado mucho tiempo desde que te acercaste al borde. Ha sido un proceso paulatino. Constante en ciertos sentidos. Muchas veces de forma inconsciente. Pero ya no puedo ignorarlo más. No puedo seguir fingiendo que no pasa nada. Me rindo.

Me rindo porque cada vez que te veo recibo un costalazo. Y eso no es demasiado agradable, la verdad. Cada vez que siento que estás cerca noto como se me acelera el pulso, pero ya no es por las ganas de volver a ver tu sonrisa. Es por el miedo que tengo de que vuelvas a hacerme daño. Y siempre lo consigues. En diez segundos, para ser exactos.

Me rindo porque estoy harto. Estoy harto de jugar siempre el mismo papel. Un papel prescindible. Estoy harto de siempre estar en segundo plano. No me interpretes mal, no quiero tener el protagonismo en esta historia. Si se le puede llamar historia. Hace poco esta misma situación la viviste con otros papeles. Y tu reacción fue totalmente diferente. Antónima, podría decirse. No estoy diciendo que entonces estuviera mal. Pero que te sea tan fácil renunciar a mi me corrompe por dentro. Me corroe las entrañas. Y no debería ser de esta manera. O quizás sí.

Lo más frustrante de todo es que la verdad es que sí debe ser así. Soy un vaso, es lo único para lo que valgo. Pero me he cansado de vaciarme para volver a llenarme otra vez de amargura, para después vaciarme de nuevo y seguir poniendo buena cara, fingiendo que todo va bien y que mi mayor preocupación es el cambio de dirección que ha tomado LOST. Y que además realmente creas que ésa es mi mayor preocupación.

Y no voy a engañarte, seguramente en una semana vuelva todo a la normalidad. Vuelva a vaciarme por completo de agua y siga preguntándote qué has cenado hoy, porque aún necesito oír tu voz. Y seguramente mientras estés leyendo esto lo único que te importe es cuál sería la gota que hizo que volcaras. Eso no es lo importante. Bueno, en este momento ya nada lo es. Pero necesito que entiendas que seas así conmigo me duele. Soy un ser humano. Si me pinchas sangraré. Así que deja de probarlo, no me quedan más gotas.

No hay comentarios: